«La pandemia aumenta el riesgo de sufrir un duelo patológico»

Si ya es difícil enfrentarse a una pérdida, la pandemia agrava enormemente el dolor de las familias y allegados

Si ya es difícil enfrentarse a una pérdida, la situación pandémica provocada por el coronavirus agrava enormemente el dolor de las familias y allegados, dada la imposibilidad de realizar el velatorio, el funeral o el entierro.

Marta Tarrida, psicóloga que colabora con la Fundación Salud y Persona y  desde hace 18 años con una dilatada experiencia como psicoterapeuta, advierte de que un duelo mal resuelto puede llegar a desencadenar patologías mentales. “La peor consecuencia que se podría llegar a producir es el denominado duelo patológico o la aparición de otro tipo de problemáticas mentales, como la depresión o la ansiedad”, señala.

En esta entrevista, tratamos de comprender de la mano de esta experta en salud mental, la forma en la que el duelo se manifiesta en personas con patologías mentales y los distintos mecanismos que tienen para gestionarlo sin entorpecer su tratamiento terapéutico.

Su formación y experiencia profesional le han llevado a tratar con personas con problemas de salud mental. ¿Qué impacto tiene el duelo en este tipo de pacientes?

Dependerá mucho de la persona y la enfermedad que ya presente, pero trabajar el duelo puede hacer que se acentúen los síntomas de su patología.

Por ejemplo, una persona que sufre un trastorno de la conducta alimentaria, el duelo podría llegar a acentuar la depresión o la falta de motivación para realizar las pautas encomendadas para superar su problema.

¿Cómo gestiona el duelo una persona que ya de por si está “luchando” contra una enfermedad o un trastorno psicológico de base? 

Los pacientes que tienen un buen manejo de las emociones relacionadas con el duelo, como son la rabia o la tristeza, acaban afrontando el duelo de un modo más saludable. En cambio, si tienen dificultades para identificar y expresar esas emociones y sufren un trastorno psicológico, tendrán más dificultades.

Por ejemplo, una persona que sufre un trastorno de ansiedad y tiene un manejo pobre de sus emociones, si entra en estado de duelo muy probablemente le aumente la ansiedad.

No obstante, un aumento en el nivel de su sintomatología será un identificador que le permitirá darse cuenta de que algo más le está sucediendo y que, por consiguiente, necesitará identificarlo para poder expresarlo.

¿Este perfil de pacientes suele buscar ayuda y apoyo para tratar el duelo y superar la pérdida?

Vemos que las personas que han hecho psicoterapia y han obtenido una buena experiencia en su tratamiento o conocen experiencias positivas de terceros, piden ayuda con mayor facilidad en el caso de necesitar gestionar un proceso de duelo.

Por el contrario, aquellos que no han recurrido nunca a un profesional, suelen prescindir de esta ayuda, ya sea por prejuicios o falta de información sobre lo que supone acudir a terapia.

¿Cómo se trata a una persona en duelo que no quiere ayuda?

Si la persona ya se encuentra en terapia por otro aspecto, y de repente, entra en duelo por algo que le ha sucedido, miramos de reenfocar la terapia. Puede darse la situación de que el paciente se encuentre en la primera fase de su enfermedad, en la de negación, y que por ello se muestre reticente. En estos casos nos llevará más tiempo poder establecer la conexión emocional con el duelo.

Para poder avanzar en este tipo de tratamientos, el terapeuta tratará de ir sacando el tema de la pérdida poco a poco, preguntándole cómo se encuentra y cómo se siente, para que lentamente se pueda ir encontrando con las emociones reprimidas.

En el caso de que un familiar o amigo quiera acompañar al paciente en este proceso, será importante que tenga en cuenta sus tempos para evitar avanzarse en la etapa que está viviendo. No sería adecuado decirle a alguien que trate de sacar algo bueno si no se encuentra aún en la fase de aceptación.

¿Es frecuente encontrarse en estas situaciones con pacientes con trastornos mentales?

No es habitual que una persona con patología previa que haya tratado en psicoterapia rechace la ayuda de un profesional en un momento tan delicado como es el duelo. Normalmente, la persona que ya acude a terapia está más dispuesta a dejarse ayudar porque quiere saber qué le sucede, entender qué le pasa y por qué tiene las dificultades que tiene.

Creo que aquello que determina que la persona acabe pidiendo ayuda depende de su gestión emocional y de su facilidad para ponerse triste, para conectar con el dolor que comporta una pérdida.

Durante la pandemia de la Covid-19, varias personas no han podido despedirse de sus familiares. ¿Cómo puede afectar esta situación en la salud mental de las personas?

La pérdida de un ser querido en estas circunstancias con toda probabilidad puede haber dificultado el proceso de duelo y generado un aumento de emociones como la culpabilidad, la rabia o tristeza.

Además, si allegados no convivían con la persona fallecida, el proceso puede provocar una negación de lo ocurrido, como si no hubiera sucedido.

En cualquier caso, es sumamente necesario poder realizar un buen ritual de despedida. El no poder vivir con normalidad la muerte de un ser querido es una situación que puede llegar a afectar a la salud mental de sus familiares.

¿Puede llegar a ser el duelo el desencadenante de una enfermedad mental?

Sí. El duelo es un proceso natural que utilizamos para poder superar una pérdida. En el caso de no gestionarlo correctamente, podemos acabar desarrollando un duelo patológico u otro tipo de problemática mental (depresión, ansiedad u otras).

Si no dejamos que nuestra mente acabe aceptando la realidad a través de un proceso natural, ésta buscará estrategias para sacar toda la energía retenida, favoreciendo el desarrollo de algún tipo de enfermedad mental.

Los sentimientos de profunda tristeza, dificultad para dormir, llanto, incapacidad para concentrarse, cansancio y falta de apetito, que permanecen tras la muerte de una persona cercana, ¿pueden ser diagnosticados como depresión y no como una reacción normal a esa pérdida?

Si estos síntomas persisten en el tiempo de forma significativa y por un tiempo prolongado podrían desencadenar en una depresión o a un desorden por duelo Prolongado.

Hay que tener en cuenta que, en estos tiempos de pandemia, las circunstancias que acompañan a un duelo pueden dificultar su proceso natural porque a menudo no se pueden anticipar, o simplemente, no se puede acompañar al ser querido en los últimos momentos de vida.

Por lo tanto, ¿podría darse -en un futuro no muy lejano- un repunte de casos en patologías mentales por la imposibilidad de realizar un duelo natural durante la pandemia?

Sí, especialmente si no han tenido la posibilidad de acompañar adecuadamente a la persona que han perdido.

Hay quien piensa que el duelo por la pérdida de un ser querido es una enfermedad mental. ¿Qué le dirías?

Le diría que es la forma más sana y natural que tiene el cuerpo de procesar la pérdida de un ser querido.

Todas las emociones tienen una función. Y si sentimos tristeza es una reacción realista que nos permite darnos cuenta de que ya no tenemos a la persona fallecida a nuestro lado. Sentir esa emoción nos ayuda a adaptarnos y aceptar la realidad.

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