El embarazo prepara a las personas mentalmente, físicamente y emocionalmente para crear vida. Es una etapa llena de proyectos e ilusiones, donde los progenitores sueñan con el futuro bebé.
Sin embargo, estos padres ilusionados pueden recibir la triste noticia de dar a luz a un bebé traspasado o uno que sólo viva unos minutos, horas o días, lo que provoca un gran golpe emocional y el inicio de un proceso trágico, doloroso y único, conocido como duelo perinatal.
La muerte gestacional o neonatal todavía es un tema tabú y poco comprendido por la sociedad. Eso lo sabe bien Silvia López-Urrutia, psicóloga perinatal y coordinadora del proyecto Espacio de Palabra en Tarragona, un programa impulsado por la Fundación Mémora, donde se realizan encuentros de acompañamiento psicológico y de reflexión dirigido a familias y profesionales sanitarios.
Estamos preparados para aceptar la pérdida de un hijo antes de que nazca?
La muerte gestacional o perinatal es algo que ocurre más de lo que pensamos, pero a menudo se niega o se esconde. Sigue siendo un tema tabú y poco reconocido en la sociedad en la que vivimos.
¿Qué sentimiento rodea a los padres que acaban de perder a su bebé?
Cuando los padres reciben la mala noticia, normalmente, están en estado de shock. Esto puede durar horas, o incluso una semana. Y es que su cerebro no estaba preparado para asimilar una experiencia similar; ni siquiera podían imaginar que su hijo fuese a fallecer.
Por eso es tan importante que los sanitarios que les rodean busquen el entorno más adecuado, acompañen su dolor, cuiden el lenguaje verbal y no verbal y estén disponibles para repetir información o aclarar dudas.
Hoy en día, los profesionales de la salud también necesitan cuidarse y suelen acudir cada vez más a grupos de apoyo como el Espacio de Palabra, donde poder gestionar mejor sus emociones y reducir la carga emocional que les supone el no poder salvar vidas.
Tienen la misma carga emocional las mujeres gestantes que sus parejas? Se les trata por igual?
La carga emocional de un duelo perinatal es única, y cada padre y madre van a vivir el duelo de formas muy distintas. Uno quizá necesite expresar y llorar, mientras que al otro, le haga falta estar a solas, sin pensar y sin dejarse llevar por la rabia o la tristeza.
El hecho de que ambos no expresen el duelo de la misma manera puede llevar a un escenario de conflictos e incomprensión. O, por el contrario, puede que encuentren un punto donde complementarse y se cuiden el uno al otro.
Que cada uno lo exprese de distinta manera, no va relacionado con la intensidad de dolor que posee. A veces se nos olvida que los papás también padecen, aunque se refugien más en sí mismos o se dediquen a estar hiperactivos.
¿Qué pautas pueden seguir los padres para intentar superar este duelo perinatal?
Es difícil responder a eso porque el duelo de cada uno es único y la evolución nunca va a ser lineal. Hay días en los que están más desgarrados, ansiosos o tristes y otros en lo que parece que lo llevan mejor. Es un proceso dinámico.
Aquello que más ayuda a superar el duelo perinatal es permitirse sentir, poder escucharse a uno mismo, anteponer nuestras necesidades a las de los demás, y en base a eso, ¡probar a hacer cosas nuevas! Y si no nos gustan, ¡a otra cosa!
Por ejemplo: escribir un diario emocional, dibujar según cómo te sientes, aprender un nuevo hobby…También es sumamente importante el poder explicar una y otra vez lo ocurrido. En cada explicación, habrá detalles nuevos y sentimientos distintos, y es una forma de integrar la experiencia, de encontrar un significado, de visibilizar.
En ese sentido los grupos de apoyo son beneficiosos para superar el duelo perinatal, ya que los padres se sienten comprendidos por otras personas que están pasando por una experiencia similar. Son los que más les pueden llegar a comprender.
¿Es aconsejable que la familia recuerde este bebé traspasado? Como lo pueden hacer?
Sí, hay que ofrecerle un lugar a ese bebé. Despedirse de él, ayuda a aceptar la irreversibilidad de la pérdida.
Socialmente, no se reconocen ceremonias para hijos que mueren en la gestación. Así que es recomendable, crear un ritual de despedida, como por ejemplo, plantar un árbol, hacer una reunión familiar y dejar ir un globo con su nombre o encender una vela todos juntos.
También se pueden poner fotos en casa si se tienen, o la ecografía que más guste, o cualquier pequeño recuerdo que les permita reconocer que ese niño o niña existió.
¿Qué consecuencias podría generar que no se tratase correctamente esta pérdida?
Se podría complicar el duelo, provocando un aumento de la intensidad emocional y cronificando la ansiedad o la irritabilidad. Algunas veces, el duelo no resuelto puede reaparecer en alguna otra etapa de la vida. Esto sucede cuando la persona no es capaz de afrontar la pérdida y evita cualquier sentimiento que tenga que ver con la muerte.
¿La sociedad sabe dar espacio y tiempo a estas pérdidas?
No, en general es un hecho que se niega, que no se permite hablar mucho porque incomoda. Y se minimiza, restando valor a las emociones que sienten los padres.
A los pocos meses, se les exige que vuelvan a la rutina y que actúen con normalidad. Para la sociedad, ese bebé no ha existido. Y es entonces cuando hacen comentarios desafortunados: “Al menos sabes que puedes quedarte embarazada, así que no te preocupes. Ya tendrás otro”.
Parece que es una realidad que se vive en silencio … ¿Por qué?
Porque es una muerte que no se reconoce. Como el bebé muere en el vientre materno, no se puede inscribir en el libro de familia y, por tanto, es una prueba de que no ha existido. Además, tampoco se habla de la disposición del cuerpo, ni de ritos funerarios.
Es una situación muy diferente a la que se da en otras muertes, donde se hacen despedidas y se reconoce el luto.
¿Se acaba superando el duelo perinatal o perdura para siempre? Es decir, ¿acostumbran a los padres a querer tener un hijo nuevamente?
El duelo perinatal suele durar entre dos y cuatro años, aunque no es algo exacto, ya que cada madre o padre tiene una historia personal. Poder transitarlo al ritmo que necesiten es un factor clave para la superación.
El objetivo no es olvidar, sino vivir dándole un significado a la muerte de su hijo, ofreciéndole un espacio de calma y un lugar en la familia.
En cuanto a quedarse de nuevo embarazada, cada pareja decide cuando es el momento oportuno para tener otro hijo. Hay momentos de paz y de ilusión que se mezclan con otros como la inseguridad o la hipervigilancia, pero los padres son los que saben mejor que nadie cuándo se sienten preparados emocionalmente para volver a intentarlo.