Duelo perinatal

Perder un hijo antes o poco después de nacer
El duelo perinatal es la pérdida del hijo durante el embarazo, el parto o justo poco después de nacer el bebé (desde la semana 28 de gestación hasta los primeros siete días de vida).
La muerte de vuestro hijo o hija durante el embarazo o en el postparto inmediato es un acontecimiento vital que representa la ruptura del vínculo que habíais creado con él y de vuestro futuro proyecto de familia.
Se trata de una crisis emocional profunda que puede durar más tiempo de lo previsto.
El proceso de duelo y recuperación
El momento del diagnóstico
Saber que el hijo que esperábais ha muerto dentro del útero requiere un tiempo para asimilarlo. Surgen sentimientos de confusión y, a veces, se entra en shock. Es lógico intentar encontrar explicaciones. ¿Qué hemos hecho mal? ¿Por qué nos ha pasado a nosotros? Es una realidad difícil de asimilar, y más aún si no hay ninguna explicación clara. Es frecuente que os atribuís culpas que no tenéis, especialmente la madre, por haberlo vivido en el propio cuerpo.
Asumir la noticia
En caso de enfermedad grave del hijo que todavía no ha nacido, hay que asumir la noticia y plantearos seguir o no con el embarazo. En caso de interrupción, los sentimientos son similares a los de la pérdida espontánea. De seguir con el embarazo, los programas de cuidados paliativos perinatales, liderados por equipos interdisciplinares de profesionales, os ayudarán a preparar el parto, aligerar el sufrimiento y acompañarán al bebé hasta el momento de la despedida.
Conocer y despedir a vuestro hijo
En cada caso, los padres tomáis una decisión muy respetable: muchos queréis conocer a vuestro hijo una vez nacido, aunque haya muerto. Otros podéis considerarlo innecesario, o no tener fuerzas para ello. Los que optan por conocerlo, normalmente no se arrepienten. Conocer a vuestro hijo os ayudará a confirmar que habéis sido padres y madres, a mantener su recuerdo. El duelo podrá tener, en este encuentro, amoroso y duro a la vez, un buen punto de partida y una continuidad menos dolorosa.
El post-parto
Después del parto siempre hay que hacer una revisión detallada de la madre para valorar que el proceso se haya acabado satisfactoriamente desde un punto de vista médico. Si en este momento los profesionales valoran que hace falta algún tratamiento complementario, os informarán de ello y se llevará a cabo. Una vez finalizado el proceso del parto se deben realizar distintos trámites como el estudio exhaustivo del cuerpo del bebé después del nacimiento (necropsia).
La vuelta a casa
La vuelta a casa sin el hijo, a veces con la habitación preparada para recibirlo, es un momento muy doloroso. Es bueno ir despidiéndoos y guardar sus cosas, a vuestro ritmo, y preparar una caja con los recuerdos. La cajita de los recuerdos es una hermosa herramienta que puede ayudar a los padres a elaborar el duelo por su bebé fallecido. Puede contener desde la historia clínica, ecografías y otras pruebas médicas, a las huellas de pies y manos impresas, la pulserita del hospital, el chupete, los zapatitos o el cepillo que iban a utilizar los padres.
El primer año
Se irán sucediendo ciclos de tristeza y recuperación. Suele haber recaídas en las fechas significativas: la fecha probable de parto, el aniversario de la fecha del embarazo y de la pérdida, volver al hospital donde os atendieron, la entrega de resultados de las pruebas o las situaciones en que habíais pensado que el bebé estaría con vosotros. También cuando hay un nuevo embarazo, un nuevo nacimiento o una adopción en la familia, entre los amigos o el entorno. Después de estos momentos clave, se recupera progresivamente, poco a poco, el bienestar.
Libros y filmes recomendados
Consejos
Tomarse tiempo
Es positivo tomarse el tiempo para hablar, llorar y expresar la tristeza, sin considerarla de forma negativa. Querer que el duelo pase rápido y olvidar lo que ha pasado cuanto antes no es un buen punto de partida. Se trata de recuperaros física y emocionalmente y de mantener vivo en el recuerdo el tiempo que habéis vivido con vuestro hijo. Es bueno reconocer al hijo y que ocupe en vuestra vida el lugar y el orden en la filiación que le corresponde, como hijo o hija, hermano o hermana…
Ritual de recuerdo
Podéis pensar y planificar alguna actividad o ritual especial para recordar a vuestro hijo por su cumpleaños: encender una vela, escribir un poema o un diario, pintar, plantar un árbol, crear algún proyecto en nombre suyo…
Reanudar la actividad habitual
De forma gradual, podéis reanudar la actividad social y laboral habituales. Los sentimientos de rabia y culpa también se irán reduciendo. El sentimiento de dolor y tristeza puede permanecer, pero no será tan invalidante como al principio. Se trata de aprender otra vez a vivir y sentiros bien con vuestra vida, sin este hijo. Es recomendable que alguna persona del trabajo sepa lo que os ha pasado, y lo pueda comunicar a los compañeros. También puede ser positivo que vayáis algún día al trabajo antes de volver a incorporaros, para hacer un primer contacto con el entorno.
La situación de la pareja
Puede haber un distanciamiento entre la pareja por la forma diferente de expresar el duelo. Hablar de cómo os sentís y cuáles son vuestras necesidades, escucharos y respetaros es muy necesario para evitar malentendidos. En estos momentos os necesitáis mutuamente. Podéis apreciar el vínculo que os une, vuestra historia de pareja. El hecho de haber vivido esta experiencia os puede enriquecer como pareja, podéis haber madurado y quereros más que antes, según dicen muchos padres. Habéis crecido, en esta etapa difícil en la que compartís mucha tristeza. Y juntos podéis volver a la vida.
Duelo en familia
El duelo de la familia debe ser vivido conjuntamente con los hijos. A veces puede parecer que son demasiado pequeños para entender lo que ha pasado y que es mejor que no sepan nada para que no sufran. Precisamente es lo contrario. La recomendación es tenerlos en cuenta y que vean que les dedicáis tiempo y cariño y que les contéis la verdad. En el caso de los adolescentes por la pérdida de un hermano pueden reaccionar con indiferencia o puede ser que se hagan más responsables y cuiden más a la familia. Es importante que sepan que aunque los padres estéis tristes, los seguiréis cuidando y estaréis a su lado.
Volver a ser padres
Volver a ser padres después de la pérdida de un hijo es un proceso que cada persona y cada pareja debe ir resolviendo según su deseo. Es recomendable darse el tiempo necesario para sentirse preparado y dispuesto después de la pérdida. En el caso de las parejas, es importante que sea un deseo compartido por ambos. A veces podréis necesitar tiempos diferentes para decidiros y afrontar el temor inevitable de encontraros otra vez en una situación difícil. Compartir juntos los miedos y las dudas, así como la esperanza y las alegrías, es un buen comienzo.