La Guía ofrece pautas para acompañar en el duelo a nuestros alumnos, pero quiere ir más allá en el tratamiento de la muerte, conscientes de que, por una malentendida protección de los niños y jóvenes, es una realidad que apenas se trata con ellos. Además, la fe nos aporta a los creyentes una nueva perspectiva que nos permite mirar a la muerte como el paso definitivo a la Vida con mayúsculas.